Título: El caballero de la armadura oxidada
Autor: Robert Fisher
Editorial: Obelisco
Número de páginas: 96
Género: Fantasía, narrativa, juvenilépica
Saga: Sí
1. El caballero de la armadura oxidada
2. El regreso del caballero de la armadura oxidada
El Caballero de la armadura oxidada no es un libro… es una experiencia que expande nuestra mente, que nos llega al corazón y alimenta nuestra alma. Sus profundas enseñanzas éticas son de una sencillez y humildad tal que se consiguen interiorizar naturalmente y la riqueza de su prosa nos inunda de belleza. El protagonista, un caballero deslumbrado por el brillo de su propia armadura, a pesar de ser bueno, generoso y amoroso, no consigue comprender y valorar con profundidad lo que tiene, descuidando “sin querer” las cosas y las personas que le rodean. Su armadura se va oxidando hasta que deja de brillar y, cuando se da cuenta, ya no puede quitársela. Prisionero de sí mismo, emprende entonces un viaje al final del cual, gracias a la ayuda de diversos personajes, logra deshacerse de la armadura que le ha imposibilitado abrirse al mundo. Este libro nos enseña, con un sutil sentido del humor, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder ser capaces de dar y recibir amor en abundancia. ROBERT FISHER ha escrito para los mejores cómicos norteamericanos de su época (Bob Hope, Groucho Marx, Jack Benny, Lucille Ball, etc.). Coautor de más de mil programas de radio y de varias series de televisión, ha estrenado numerosas obras de teatro y dos películas en Hollywood.
Narrado en tercera persona teniendo en cuenta los pensamientos del protagonista y su punto de vista, aunque en algunos momentos parezca tener en cuenta algunos otros puntos de vista diferentes.
Los personajes son pocos pero con algunas diferencias entre sí, nos encontramos con el protagonista, del cual no sabemos el nombre, que es un gran caballero, solo quiere rescatar a doncellas y participar en misiones.
Junto a él tenemos a su mujer., Julieta, y a su hijo Cristobal, a quienes tiene bastante olvidados.
Por otro lado irán apareciendo nuevos personajes con el transcurso de la historia, incluso muchos de ellos serán animales que tienen la capacidad de hablar.
El tema principal de la novela es hacernos ver que las personas ponemos barreras para que nadie pueda hacernos daño y que al final eso nos afecta a nuestro comportamiento y forma de ser, olvidándonos de lo que es lo más importante.
Los capítulos tienen dibujos y suelen ser cortitos, cargados de mensajes que tienen gran importancia en la forma de ver la vida.
Este libro se lee en nada, además de que al final tiene una especie de actividades didácticas con lo que podemos leerlo con los pequeños de la casa para ver que han entendido ellos.
Me gustó poder leerlo en casi una sentada porque últimamente no tengo muchas ganas de leer y al ser rápido has sido menos agobio leerlo.
Ahora mismo estoy en un punto que no quiero que nadie se me acerque ni me hable, no me gusta que me agobien y demás, quizá es porque me está pasando como a nuestro protagonista, estoy creándome mi propia armadura para que nadie pueda pensar mal de mi, para que nadie me haga daño.
Al leer este libro me he dado cuenta de que no merece la pena camuflarnos o querer aparentar ser algo que no somos, es preferible demostrar como eres y hacerte valer así, que crear una máscara para ser como quieren los demás que seas.
Es una lectura, que como El Principito hay que leerlo varias veces a lo largo de la vida.
– Después de todo, no se puede contentar a todo el mundo.
– Amaba a su esposa y a su hijo y a su elegante castillo, pero también amaba a su armadura porque les mostraba a todos quien era él.
– Su armadura no le dejaba sentir apenas nada y la había llevado durante tanto tiempo que había olvidado cómo se sentían las cosas sin ella.
– «Sois una imagen triste de ver.
Ni con todo vuestro poder
vuestra situación podéis resolver.»
– «A todos, alguna armadura nos tiene atrapados.
Solo que la vuestra ya la habéis encontrado»
– «Cuando la armadura desaparezca y estéis bien,
sentiréis el dolor de los otros también»
– Una persona no puede correr y aprender a la vez. Debe permanecer en un lugar durante un tiempo.
– «[…] Los primeros sorbos le parecieron amargos, los siguientes más agradables, y los últimos tragos fueron bastante deliciosos. […]
        – ¿Qué es? -Preguntó el caballero
        – Vida.
        – ¿Vida?
     – Sí – dijo el sabio mago -. ¿No os pareció amarga al principio y, luego, a medida que la degustabais, no la encontrabais cada vez más apetecible?
[…] ¿Estáis diciendo que la vida es buena cuando uno la acepta? -preguntó el caballero.»
– Un don, para ser un don, debe ser aceptado. De no ser así es como una carga para las personas.
– «El mago señaló hacia otro sendero. Era más estrecho que el primero y muy empinado.
         – Parece una escalada difícil […]
         – Es el Sendero de la Verdad. Se vuelve más empinado a medida que se acerca a la cima de una lejana montaña. «
– Tenéis que aprender a salvaros vos primero. 
– El primer castillo se llama Silencio; el segundo Conocimiento y el tercero Voluntad y Osadía. Una vez hayáis entrado en ellos, encontraréis la salida sólo cuando hayáis aprendido lo que habéis ido a aprender. […] es una batalla diferente la que tendréis que librar en el Sendero de la Verdad. La lucha será aprender a amaros. […] Empezaréis por aprender a conoceros.
– Cuando aprendáis a aceptar en lugar de esperar, tendréis menos decepciones.
– Estoy empezando a pensar que los animales son más listos que las personas.
– Los animales aceptan y los humanos esperan. Nunca oiréis a un conejo decir «Espero que el Sol salga esta mañana para poder ir al lago a jugar». Si el Sol no sale, no le estropeará el día al conejo. Es feliz siendo un conejo.
– No recordaba a ninguna persona que fuera feliz simplemente por ser una persona.
– Uno no puede ver realmente hasta que comprende.
– La mayoría de la gente está atrapada en su armadura.
– Ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Luego un día quedamos atrapados tras las barreras y ya no podemos salir.
– Soy lo suficientemente sabio como para saber cuándo estoy  atrapado, y también para regresar aquí para aprender más de mi mismo.
– Permanecer en silencio es algo más que no hablar – dijo el rey – Descubrí que, cuando estaba con alguien mostraba sólo mi mejor imagen. No dejaba caer mis barreras, de manera que ni yo ni la otra persona podíamos ver lo que yo intentaba esconder.
– Uno debe estar solo para poder dejar caer su armadura.
– El conocimiento es la luz que iluminará vuestro camino.
– El caballero lloró aún más al darse cuenta de que si no se amaba, no podía amar realmente a otros. Su necesidad de ellos se interpondría.
– Solo podéis amar a otros en la medida en que os amáis a vos mismo.
– Quizá sí escondí mis sentimientos […] Pero no podía decir simplemente todo lo que se me pasaba por la cabeza y hacer todo lo que me apetecía. Nadie me hubiera querido.
– Se había pasado la vida intentando agradar a la gente […] En realidad, no tenía que demostrar nada.
– Es sólo que los seres humanos tenemos mentes más complicadas que hacen que deseemos ser mejores […] ¿Mejores que qué? […] Mejores de lo que somos […] Queremos ser mejores de lo que pensamos que somos y mejores que los demás. […] Al menos era feliz intentándolo […] ¿Lo eráis? ¿O es que estabais tan ocupado intentando serlo que no podíais disfrutar del simple hecho de ser?
– La ambición que proviene de la mente te puede servir para conseguir bonitos castillos y buenos caballos. Sin embargo, sólo la ambición que proviene del corazón puede darte, además, la felicidad.
– La ambición del corazón es pura. No compite con nadie y no hace daño a nadie. De hecho, le sirve a uno de tal manera que sirve a otros al mismo tiempo.
-Vos, como la mayoría de la gente, queréis poseer muchas cosas bonitas, pero es necesario separar la necesidad de la codicia.
– Este mundo es más fácil para los árboles que para las personas.