La magia de ser Sofía (Sofía, #1)
– El Alejandria era un portal a un mundo donde a nadie le importaban las rarezas de los otros y eso me parecía de lo más mágico del cosmos.
– Podría decir que los libros son mis mejores amigos, pero caería en un tópico que me hubiese empujado al suicidio (…) Me gustaba leer por lo que nos gusta hacerlo a mucha gente… porque al abrir los libros siempre encontramos un viaje y una vida que suplantamos y que nos probamos como un vestidito en Zara, sin el inconveniente de que a mí jamás me sube la pu(ta)ñetera cremallera a la primera. Sí, puedo decir que durante años consagré mi vida a los libros y al café.
– Era feliz con lo poco que tenía, que me parecía mucho. ¿Qué necesidad tenía de meterme en ese berenjenal que los optimistas llaman amor?
– Cuanto menos sueñes, menos decepcionante te parecerá la vida.
– Odio a los hombres. Quiero ser uno.
– Y así fue como hicimos caliente una de las noches más frías del año. Él por su parte. Yo por la mía.
– Olvídate del Red Bul… lo que te da alas son las ganas de chingar.
– ¿Cuándo aprenderemos que los años son solo años y que las cosas grandes deben venir cuando nosotros las busquemos?
– O pecamos de conformismo o de soñar demasiado. Nos enseñan a aspirar a más pero no a ser felices con lo que hay.
– Dos personas que se debatían entre creer que lo que los demás opinaban era el camino correcto y defender la dirección hacia la que les encaminaban sus pasos.
– La suerte es una cosa curiosa. Huye de muy lejos si siente que la persigues con demasiado ahínco. Hay que despistarla…, ir buscándola sin avaricia.
– Voy a contarte un secreto, Sofía: tener pareja es solo una circunstancia de la que no podemos depender.
– Siempre he considerado la felicidad como una especie de balanza. Las cosas buenas y malas se van repartiendo a uno u otro lado y siempre podemos manipular el peso de las malas si nos tomamos la vida con la misma poca seriedad con la que ella nos toma a nosotros.
– Uno nunca cae en el mismo error dos veces. La segunda vez no está repitiendo una equivocación, está eligiendo.
– Los besos no tienen conciencia, no sé si me explico. Los besos son cosas que no piensan. Se sienten. Y si los piensas, dejan de existir.
– No vivíamos en una película y en la vida real la gente se queda con lo que les da seguridad. El pasado es un viejo conocido con el que solemos sentirnos muy cómodos.
– Y así fue como me convertí en el tipo de chica que creí que me había jodido la vida. Así entendí que juzgar no tiene sentido, que la vida no es o blanca o negra y que hablar del camino de otro si no lo has andado con sus mismos zapatos es absurdo.
– A veces la vida brilla más si la adornamos menos.
– El amor se encuentra cuando ya has decidido que lo mejor es no creer en él.
– Las cosas por las que lloramos dicen de nosotros algo que es posible que nada más en el mundo, ningún otro gesto o palabra, pueda decir.
– El amor no es universal, cada uno le da su propia definición y, con alguna, pueden rompernos el corazón.
– No pienses demasiado en todo lo que puede salir mal porque a la mala suerte no le hace falta que le facilites las cosas.